Según numerosas referencias el
español Francisco Hernández de Boncalo (ca 1514-1587), naturalista y médico de
Felipe II, fue el primero en llevar a Europa semillas de tabaco.
Este personaje era dueño de una gran finca situada cerca de la ciudad de
Toledo, conocida por el nombre de "los cigarrales", debido a que en
esa época sufrían invasiones estivales de plagas de cigarras. Muchos son
los que dicen que fue en esa zona donde por primera vez se cultivó tabaco en
Europa y de ahí el nombre de "cigarro".
Por el contrario, otros
creen que la palabra proviene de una forma de consumo mediante la cual la hoja
del tabaco era envuelta por hojas de mazorcas secas de maíz, adquiriendo así
aspecto de langosta o "cigarrón".
Por último, los más
eruditos -nos dice la Dra. Susana Florez Martín- piensan que el vocablo
proviene de la palabra maya con que se designaba al tabaco: "sillar".
De ahí evolucionó a "cillar", posteriormente a "cigar" y
por fin a "cigarro".
Lo que sí parece claro
es el origen de la palabra tabaco que proviene del artilugio
que los indígenas usaban para la combustión de las hojas secas, el cual tenía
forma de Y, con una extremidad bifurcada que se introducía en la nariz, y a la
que denominaban tubaco.
Corominas,
en cambio, señaló que las palabras de origen árabe tabacco y atabaca se
empleaban en España y en Italia mucho antes del Descubrimiento, por lo menos
desde 1410, como nombre de diversas hierbas de efecto somnífero.
"Fumando espero" - tango - Letra y música de Félix Garzo y Juan Viladomat Masanas - Canta Rosita Quiroga
"TABACO" - Tango de José María Contursi y Armando Pontier-
Orquesta de Aníbal Troilo - Canta: Francisco Fiorentino
"CIGARRILLO" - tango de Adolfo Avilés y Ernesto De la Fuente
A la hora de “tomar”, no sólo se
trata de beber o de tomar a alguien de la mano. En este caso, es importante
tomar en consideración los distintos sentidos, significados o acepciones del
verbo en cuestión.
Repasemos algunos y veamos cómo los no confianzudos y los
abstemios, sin proponérselo, pueden llegar, también, a tomárselo todo: uno se
puede tomar las cosas a pecho o se las puede tomar a risa. También se puede
tomar la vida en solfa o tomársela en serio, así como se puede tomar el tiempo,
tomar el toro por las astas o tomar el rábano por las hojas.
Centurión escanciando vino de Pompeya
Se puede tomar de gil; tomar de otario; tomar de punto; tomar
el pelo; tomar para el churrete; tomar para el fideo; tomar para la chacota; tomar
en joda; tomar para la farra, tomar para la derecha, tomar para el lado de los
tomates o tomarse un resuello.
Uno podrá, también, tomar frío, tomar mate, tomar aire, tomar
distancia, tomar asiento, tomar envión o tomar un taxi; tomarse el olivo, tomarse
el aceite, tomarse el piro, tomarse el espiante, tomarse el raje, tomarse el
buque, tomarse el Conte Rosso, tomarse las de Villadiego o, simplemente, tomárselas.
En resumen: evitar tomar una cosa por otra.
Y si aquí hay un cuento que viene a cuento ese es Casa
tomada, de Cortázar; pero si hablamos de tango, el que se impone es Tomo y obligo.
"Tomo y obligo" - Tango - Canta Carlos Gardel Letra: Manuel Romero - Música: Carlos Gardel Escena de la película "Luces de Buenos Aires"
La nada es ninguna cosa o la negación absoluta de las cosas. La nada es
nada. Es el no ser o la carencia total de todo ser. La nada es una entelequia.
Es algo que tiene principio y fin en sí mismo. Es la rigurosa ausencia del todo
y, en cuanto es, ya es algo: nada. Nada también significa poco o muy poco de algo, y lograr algo con un cacho de
nada siempre es mucho más importante que querer hacerlo todo, amodorrarse
en la intención y no hacer nada.
De ahí la creación, con poco y nada, de dos populares
expresiones, tan simples como frutales, que mucho tienen que ver con la palabra
que nos ocupa: ¡no pasa naranja!, en lugar de decir ¡no pasa nada! y largar
durazno a alguien, con el significado de no darle nada.
Otro ejemplo de lunfardización de la palabra nada,
esta vez recurriendo a un término de origen vasco, lo encontramos en quien no
dice esta boca es mía, en quien se calla y no dice nada, o sea, en aquél que no
dice ni mus.
Pero entre todas las expresiones populares que aluden
a la nada, tal vez la más próxima a su real sentido sea la que da forma al
adverbio de negación no tener ni medio. Sobre todo, cuando se la dice durante
los treinta días del mes.
"El jubilado" - Letra (1968) : Luis Alposta
Musicalizado y grabado por Edmundo Rivero
con Orq. de Raúl Garello - (Sello Philips, 1971)
"El jubilado" - Grab. por Osvaldo Pugliese - Canta Abel Córdoba
(Bs. As. 14 de noviembre de 1910 - 26 de septiembre de 1995)
Matasello emitido por Correo Argentino
Dibujo de Luis Alposta (h)
La expresión “maestro”, tan difundida, sólo recupera
su verdadero significado, el cabal contenido de idealismo y de conducta que la hicieron
respetable y respetada, de aplicarse a personalidades como la de Enrique Horacio Puccia, quien enseñaba por
lo que hacía, por lo que decía y por lo que inspiraba.
Su obra ha sido la de un historiador enamorado de su barrio, Barracas, y de la ciudad
toda. Sus libros, de consulta obligatoria, son de apasionante
interés para todos los que busquen ahondar en la historia de Buenos Aires.
La Historia cotidiana, doméstica -o como quiera llamársela- en él dejaba de ser una simple disciplina de inventario para convertirse
en el “camino diario” hacia un palpitante ayer histórico. La suya ha sido siempre
la postura de un iniciado que supo arrancarle al tiempo profundos secretos. Fue
un historiador nato que ha sabido reforzar su don de observación de las costumbres
y tradiciones porteñas mediante el estudio y la investigación seria.
Matrimonios Puccia, Besada yAlposta
Sábado 14 / VI / 1986 - En viaje "especial" en "subterráneo"* de Almagro al Puerto.
De lo mucho y bueno que le debemos, acaso lo más importante
sea que, junto a Ricardo M. Llanes y a Antonio J. Bucich, haya logrado hacer de
la llamada “historia menuda” una importante herramienta sociológica.
Su prestigio lo llevó
a presidir la Junta Central
de Estudios Históricos de la Ciudad
de Buenos Aires, entre 1980 y 1995, institución de la que fue uno de sus miembros fundadores.
La obra de Puccia nos permite conocer a la ciudad toda, desde su trama más íntima y reveladora, transportándonos al tiempo de Villoldo, hablándonos de "Barracas en la historia y
en la tradición" y de unaBuenos Aires a la que amó entrañablemente.
Por eso el Día del Historiador Porteño (14 de
noviembre) fue instituído en homenaje a él.
Además de sus méritos intelectuales, Enrique tenía
otros títulos más íntimos a nuestra consideración y a nuestro afecto. Su
sentido de la amistad, su trato amable y cordial, nos lo hacían particularmente
dilecto.
Su presencia deparaba siempre las más gratas sorpresas. Se le veía llegar
con el rostro sonriente y de inmediato nos atrapaba con su conversación, en la
que no faltaba la anécdota sabrosa, la referencia erudita, la evocación
de un tiempo en la que la ciudad toda era canto.
Así lo recuerdo.
Fue el 31 de agosto de 1982. Acababa de finalizar el
Segundo Congreso de Historia de los Barrios Porteños y los Amigos del Café
Tortoni decidieron homenajear a Enrique Horacio Puccia, presidente entonces de la Junta Central y del
mencionado Congreso, entregándole la “Orden del Pocillo”.
Aquella noche le dediqué este soneto:
A PUCCIA
Hoy me asiste el
deseo y la esperanza
frente a una hoja
en blanco que me acucia
de lograr un
soneto fratelanza
sin espamento
alguno y sin argucia.
No es mi intención
plasmar una semblanza
ni buscar esa rima
casquilucia
que al remate me
lleve sin tardanza
haciendo de un
soneto una minucia.
No hace falta caer
en alharacas.
Que aquí el punto
es Enrique, el de Barracas,
a quien Quinquela
le entregó el "tornillo"
por gomía y
troesma roncoroni
y al que hoy toda
la barra del Tortoni
lo agasaja y le
entrega su "pocillo".
Luis Alposta
* HISTORIA DEL TUNEL:
El túnel de vía única, por
donde circula esta línea, comenzó a construirse en 1912 y fue inaugurado en 1916
como ramal de 5 Km
de extensión entre las estaciones Once y Madero. Corría a 28 mts. de
profundidad, por debajo de la línea de subterráneos de la actual línea A; trazado
que hoy se utiliza. Era un tren de vapor destinado al transporte de cargas de
mercaderías portuarias.. Sólo
entre 1949 y 1950 funcionó allí un tren para pasajeros que tuvo que ser
clausurado porque el humo de las máquinas ponía al borde de la asfixia a los
que se ocupaban del mantenimiento de las vías.
"El cuarteador" - tango - Letra: Enrique Cadícamo - Música: Rosendo Luna (seudónimo de E. Cadícamo) - Canta: Ángel Vargas - Orquesta: Ángel D'Agostino
En linguística moderna, se
llama acrónimo a una sigla que se pronuncia como una palabra -que por el uso acaba por incorporarse al
léxico habitual en la mayoría de casos-, tal como ocurre con OK (Okey),
locución que proviene del inglés estadounidense y se usa con el
significado de “está bien”, “de acuerdo”, para indicar conformidad.
En lo referente a su significado y origen, entre una
treintena de propuestas, está la que nos dice que deriva de las iniciales de las
palabras Oll Korrect (deformación fonética del inglés all correct),
“todo bien”, “todo correcto”.
El antecedente más antiguo de este término data de
1815, registrado en el diario manuscrito de William Richardson, que viajaba de
Boston a Nueva Orleáns un mes después de la batalla de Nueva Orleáns:
“Arrived at Princeton, a handsome little village, 15 miles from N Brunswick,
ok & at Trenton,
where we dined at 1 P.M.”
La
primera vez que esta sigla, o.k., apareció en letras de imprenta,
fue el 23 de marzo de 1839 en el periódico Boston Morning Post,cuya autoría es atribuida a su editor, Charles Gordon Greene, en el
siguiente texto:
“… The "Chairman of the Committee on Charity Lecture
Bells," is one of the deputation, and perhaps if he should return to
Boston, via Providence, he of the Journal, and his train-band, would have his
"contribution box," et ceteras, o.k. -all correct—and cause
the corks to fly, like sparks, upward.”
Entre las muchas etimologías propuestas, rescato la que
nos dice que viene del griego ola kala, que significa “todo está
bien”. Palabras que, bien pudieron haber sido pronunciadas por Sócrates después de
decirle a Critón que no olvide de pagarle un gallo a Asclepio.
No habiendo encontrado un tango titulado "OK",
aunque no venga a cuento, opto por los "Titulares" de aquel día de 1995. ¿Okey?
Alguna vez, hablando de poesía, Borges me dijo: -Yo no sé si puede definirse. Es algo tan elemental. Y además yo no creo que
necesitemos una definición. Su definición va a ser siempre más vaga que la
palabra poesía, que todos sentimos. Creo, además, que para juzgar un poema
mejor es juzgarlo inmediatamente. Digamos que la comprensión viene después... y
quizás no importe mucho. Pero sí, que usted siente que algo poético lo ha sido
inmediatamente.
Yo creo que todos sentimos eso. Es
como la música. Uno siente inmediatamente si una pieza de música lo conmueve a
uno o no.
Un poeta inglés dijo que la poesía
es aquello que modifica inmediatamente al lector. Que cuando se lee, es como si la sangre circulase de otro modo, y que la voz de uno se eleva ante la
necesidad de repetir aquello en voz alta.
Eso es poesía. Y si eso no ocurre, el
resto es “pura literatura”, como diría Verlaine.
La poesía es algo que se siente, y
punto. Pero en tren de buscar una aproximación, digamos que es el sentimiento
puesto a escoger y capturar palabras, para luego liberarlas en el poema y
emocionarnos. Es hacer letra de una emoción.
O dicho de otro modo: la poesía es
una emoción expresada como "para regalo”.
El percal es
una tela fina de algodón hecha con un ligamento muy sencillo,
que suele ser blanca o estampada, utilizada para la confección de prendas de
vestir corrientes, de escaso precio. Fue importado de la India, de donde es originario, durante los siglos XVII y XVIII, y luego se lo comenzó a fabricar en Francia.
El término describe el tipo de tejido, no su material,
por lo que el percal puede confeccionarse con una mezcla de 50% de algodón y
50% de poliéster o una mezcla de otros tejidos en cualquier proporción.
La palabra proviene del francés percale y esta
del persa pargāle, que significa 'trapo'.
La percalina es tela parecida al percal, de baja
calidad; con brillo por un lado y mate por el otro; se utiliza especialmente en
la confección de forros. Es utilizada también en la encuadernación, con la
función de evitar el deterioro del cartón de las tapas. La percalina puede ser
de diferentes colores; tiene un lado de tela y otro con brillo. El de la tela
es donde se aplica la cola para adherirla al cartón y el lado con brillo es
donde se estampa la cubierta del libro. Es usado también para cubrir mesas de
billar.
Percalera(voz pop.), con el significado
de costurera; muchacha humilde.
Amaro Villanueva fue el primero en
asociar la palabra lunfardo con lombardo.
Leyendo “Los amores de Giacumina”, sainete de Agustín
Fontanella, editado en 1906, y la novelita de igual nombre, de Ramón Romero (primera
obra rioplatense escrita íntegramente en cocoliche, publicada por entregas en 1886),
él encontró en ambos textos la palabra lumbardo, en boca de un napolitano, y, según
se desprende fácilmente del relato, se refiere al nativo de Lombardía.
Prosiguiendo el rastreo, éste dio sus frutos y, en el
“Vocabulario Romanesco” de Chiappini, encontró esta constancia reveladora: Lombardo
con el significado de ladrón .
El señor Larousse, más explícito, es quien nos consigna
que, en el medioevo, en Francia se llamó lombardos “a los financieros, cambistas,
usureros, que en gran número procedían de Italia”.
La importancia de semejante testimonio no necesita
comentario: había encontrado la palabra lombardo con el significado de ladrón, contando
ya con el cambio a lumbardo registrado en el uso local porteño, en el que
lunfardo significa, también, ladrón, y luego, por extensión, pasó a llamarse
así al vocabulario de ocultación utilizado por los malvivientes.
Los pasos serían entonces: lombardo-lumbardo-lunfardo.
François Villon
Ahora bien, mi aporte al tema, dejando de lado los
diccionarios, es haber encontrado un antecedente literario que documenta lo
dicho anteriormente, y que bien puede ser considerado ilustre dado que lleva la
firma de François Villon.
En su balada “Petitorio al Duque de Borbón”, en los
cuatro primeros versos de la tercera estrofa, dice:
“… Si pudiese vender mi salud
a un lombardo, usurero de
naturaleza,
emprendería, creo, la aventura:
tanto la falta de plata me ha
embrujado…”
Por todo esto, es a unos antiguos lombardos, de mala reputación,
que les estaríamos debiendo una palabra que mucho tiene que ver con la parla nuestra
de cada día.
"Poema número cero" -Letra: Luis Alposta - Música: Edmundo Rivero
Canta: Edmundo Rivero
"Poema número cero" - de Luis Alposta - por Tita Merello
"Poema número cero" - de Luis Alposta - por Julián Centeya
La Gorda es la denominación que se
dio en Andalucía, especialmente en Sevilla, a la revolución de septiembre de
1868 como respuesta a la inoperancia del reinado de Isabel II, también conocida
como “la reina de los tristes destinos”. Al parecer, el pueblo esperaba que se
armara de un momento a otro la revolución gorda, es decir, la gran revolución,
la definitiva.
Fue entonces cuando la reina le pidió a uno de sus
generales que organizase un ejército; el que fue derrotado en la batalla del
Puente de Alcolea.
Por otra parte, a la reina Isabel II, vista en las
estampas de la época, se la suele describir físicamente como a una mujer de
rostro mofletudo, con ojos claros e inexpresivos, representando más edad por su
grosura, e inflada por un aerostático miriñaque.
De acuerdo con esta descripción, y con el hecho de haber
presentado batalla, están los que dicen que la Gorda que se armó era ella y no la revolución.
Lo cierto es que a partir de entonces, armarselagorda pasó
a significar gran alboroto, discusión ruidosa o trastorno político o social.
También se la emplea con previsión de futuro. Es cuando se dice que “se va a
armar la gorda”.
Y digamos, de paso, que otra manera de armarse... es
acertando el gordo de Navidad.
"Gorda" - Tango de Camilo Darthés y Luis Martino - Canta Rosita Quiroga
De no
haber existido el papiro Hipócrates no hubiera podido registrar “papirusamente”, la sintomatología de los males que aquejaban a sus pacientes.
Desde entonces la historia clínica ha venido a ser uno de los instrumentos más
importantes de la medicina.
Es en ella donde se resume
la herencia y los hábitos del paciente; la constitución psico-física; el
ambiente sociofamiliar y, de no llegar a dar con el arpa antes de que el médico
dé con la tecla, es donde se suele registrar también la etiología y evolución
de la enfermedad.
Es sabido que muchas
veces, a partir de una buena biografía se puede llegar a reconstruir una
historia clínica. También en la literatura en general, en tren de no dejar
pasar por alto diagnóstico alguno, podemos encontrar referencias médicas,
enfermedades y accidentes, que desde la urdimbre de un relato están abrumando a
determinados personajes.
Girolamo Fracastoro
La sífilis ejerció durante
siglos una gran influencia sobre la literatura. En 1530 el médico italiano Girolamo Fracastoro
escribió el famoso poema al que la enfermedad debe su nombre, en el que nos relata cómo un pastorcillo llamado Syphilus contrae esta enfermedad; Shakespeare se
refirió a sus síntomas en Timón de Atenas; Rabelais ridiculizó en su obra el
excesivo entusiasmo que despertaba el mercurio para su tratamiento, y Francisco
Lomuto, le puso música a los arsenobencenos cuando escribió su tango “El 606”.
El recordado poeta
de “La Crencha
Engrasada”, Carlos de la Púa, menciona a la sífilis (la chinche) en su
período cuaternario en dos de sus poemas, haciendo alusión correcta al tiempo
de evolución (10 a
20 años) y a su localización nerviosa:
“……………………………………..
Y
bebió en diez años toda la alegría
y supo en
diez años toda la crueldad,
cuando
dio el remache de la fulería
la seña
jodida de la enfermedad.
Y sin un
consuelo, sin una aliviada,
la que de
la mugre se abriera tan mal
pagó
con la chinche fatal, angustiada,
la deuda
sagrada con el arrabal.”
(“La pebeta de Chiclana”)
“……………………………………..
Hoy,
vieja, arruinada, con pilcha rasposa
–la que
era de línea, la taquera fiel–
salva la
busarda junto a la cancela.
La
chinche en el coco se le fue tal vez!
(“La ex canchera”)
Muchas heroínas de novelas
de la época victoriana padecían de tuberculosis pulmonar, lo cual se explica
por la frecuencia de la tisis en aquellos tiempos. Las tuberculosas más
célebres de la literatura fueron Margarita Gauthier, Mimí, la esposa de David
Copperfield y la pequeña Eva de “La
Cabaña del Tío Tom”. No menos famosa, entre nosotros, fue la
obrerita que tosía por las noches, mientras pasaba un hombre pregonando con una
cotorrita.
En la obra del Malevo
Muñoz encontramos un solo caso de tuberculosis, y no se trata precisamente de
una jovencita grácil, de cutis fresco y ojos brillantes, sino que esta vez el
personaje es “El vago Amargura”:
“……………………………………..
Y volvió
de Ushuaia con la conocida
tos
envenenada que atrapa el canero,
y
olvidando todo se engrupe la vida
mandando
a bodega su troli cabrero”.
Casi con seguridad, el mencionado Vago
padecía también su buena cirrosis hepática:
“Mandando
a bodega su troli de vino
junto con
la mugre de un bar mishiadura,
está
siempre escabio el Vago Amargura,
que en
tiempos pasados fue un gran malandrino.
……………………………………..”
En la Ilíada se mencionan con gran precisión heridas
producidas por flechas, espadas, lanzas y piedras. Homero supo reflejar las
ideas médicas de los antiguos griegos, demostrando al mismo tiempo poseer un
profundo conocimiento de la traumatología. Carlos de la Púa, que parece no haber
quedado corto en esta especialidad, nos dice en “El feite”:
“Recuerdo
de un amuro ranfañoso,
luce tajo
de guapo, marca rea,
un feite
en refasí, meticuloso,
que un
cacho de nariz le escolasea.
……………………………………..”
Y en “La Cortada
de Carabelas”:
“……………………………………..
En sus
bulines han truqueado, broncosas,
las
barras más temibles de los tiempos pasados
y sus
viejas paredes presenciaron famosas
peleas
que dejaban cuatro o cinco tajeados.
……………………………………..”
Dentro de la patología médica que figura en “La Crencha Engrasada”,
es evidente el predominio de las afecciones que trasuntan conflictos
psico-socio-económicos, tales como la prostitución, la delincuencia y el
alcoholismo.
Una descripción feliz de un infeliz caso de
drogadicción lo encontramos en “Packard”:
“……………………………………..
Pero un
día la droga la hizo suya
y, en vez
de cargar nafta, echó morfina
y
cerrando el escape por la buya
se fajaba
de bute en cada esquina.
……………………………………..”
Hasta aquí, ha sido mi intención enfocar a “La Crencha Engrasada”
desde un ángulo estrictamente semiológico. Deliberadamente he procurado no caer
en especulaciones psicoanalíticas, pues de haber mostrado a muchos de estos
personajes llevando a babuchas un complejo de Edipo no resuelto, estoy seguro
que ni ellos ni el propio Malevo Muñoz me lo hubiesen perdonado.
* “La Crencha Engrasada”:
título del libro de poemas lunfardos que Carlos de la Púa publicara en 1928. Carlos
de la Púa,
seudónimo de Carlos Raúl Muñoz y Pérez, a quien muchos identificaban
simplemente como “el Malevo Muñoz”.
* Del libro "El Lunfardo y el Tango en la Medicina ( Los bailes del Internado)” - ensayo.
Con prólogo del Dr. Luis F. Leloir. Ed. Torres Agüero, Buenos Aires,
1986. Reeditado ed. Marcelo H. Oliveri - Bs.
As., 2014.
"Packard" - letra: Carlos de la Púa - Música: Edmundo Rivero
Con Ubaldo de Lío, Horacio Salgán y Noriko En el teatro Nakano Sunplaza, ubicado en el barrio Shinzyuku, centro de Tokyo -Martes 10 de marzo de 1981.
A Horacio Salgán
En Caño 14 - 1976
Creatividad
talento
inspiración
Pianista
excepcional
que de sonar muy
“raro”
devino
vanguardista
Umpa umpa *
Estilo
que destila
un ritmo
una elegancia
un obstinato
y una impronta de
tango
A fuego lento.
L. A.
Y, precisamente, sobre este tango, alguna vez Horacio
Salgán nos dijo:
-Está basado en una idea que parte de una frase de
uno de los personajes de la opera “El barbero de Sevilla”, de Rossini, que en
un momento se refiere a la calumnia y dice ‘va corriendo, va corriendo por la
oreja de la gente’, se va infiltrando. Sobre esta idea literaria, no musical,
fue donde tomé la idea de componer un tema musical que empezara de a poco y que
se fuera, como quien dice, infiltrando. Y es así como comienza el tango “A
fuego lento”.
"El Barbero de Sevilla" - G. Rossini - Aria de Don Basilio: 'La Calumnia' -
* Horacio Salgán, tradicionalmente señalado como un modernista, un continuador de la escuela decareana, consagró una estructura rítmica vulgarmente conocida como "umpa umpa" en el ambiente de los músicos. El “umpa umpa” es
una forma de la polirritmia (que en la orquesta de Salgán se produce
normalmente cuando se ejecutan en el bandoneón y piano diferentes patrones de
golpe) que impuso el Quinteto Real y que debe su nombre a la onomatopeya de su estructura
rítmica.