jueves, 12 de noviembre de 2015

ACERCA DE ENRIQUE HORACIO PUCCIA

Matasello emitido por el Correo Argentino
dibujo de Luis Alposta (h)
     Enrique Horacio Puccia nació en Barracas el 14 de noviembre de 1910 y falleció el 26 de septiembre de 1995. Fue miembro fundador de la Junta Central de Estudios Históricos de la Ciudad de Buenos Aires y presidente de la misma en el período 1980-1995.
         Puccia nos permite conocer a la ciudad toda desde su trama más íntima y reveladora, transportándonos al tiempo de Villoldo; historiando calles y barrios; hablándonos de su "Barracas en la historia y en la tradición", desde sus singularidades, sus secretos y las vidas de sus gentes. En su condición de historiador, su inquietud fecunda ha estado centrada siempre en Buenos Aires, ciudad a la que amó entrañablemente.
         Por eso el Día del Historiador Porteño (14 de noviembre), se instituyó pensando en él.
         Pero, además de sus méritos intelectuales, Enrique Horacio Puccia tenía otros títulos más íntimos a nuestra consideración y a nuestro afecto. Su sentido de la amistad, su trato amable y cordial, nos lo hacían particularmente dilecto.
         Su presencia era un regalo en cualquier parte y su encuentro casual deparaba siempre las más gratas sorpresas. Se le veía llegar con el rostro sonriente, y de inmediato nos atrapaba con su conversación, en la que se juntaban la anécdota sabrosa, la referencia erudita y la evocación admirable de personas y hechos. 
         Así lo recuerdo. 
        

         Fue el 31 de agosto de 1982. Acababa de finalizar el Segundo Congreso de Historia de los Barrios Porteños y los Amigos del Café Tortoni decidieron homenajear a Enrique Horacio Puccia, presidente entonces de la Junta Central y del mencionado Congreso, entregándole la “Orden del Pocillo”.
Aquella noche, al finalizar el acto y después de compartir un café, le dediqué este soneto:
                                       
                    A PUCCIA

Hoy me asiste el deseo y la esperanza
frente a una hoja en blanco que me acucia
de lograr un soneto fratelanza
sin espamento alguno y sin argucia.

No es mi intención plasmar una semblanza
ni buscar esa rima casquilucia
que al remate me lleve sin tardanza
haciendo de un soneto una minucia.

No hace falta caer en alharacas.
Que aquí el punto es Enrique, el de Barracas,
a quien Quinquela le entregó el "tornillo"

por gomía y troesma roncoroni
y al que hoy toda la barra del Tortoni
lo agasaja y le entrega su "pocillo".

                                            Luis Alposta
"El cuarteador" - tango - Letra: Enrique Cadícamo - Música: Rosendo Luna (seudónimo de E. Cadícamo) - Canta Angel Vargas - Orq. de Angel D’Agostino