jueves, 22 de octubre de 2015

ACERCA DE 10 TARTAMUDOS CÉLEBRES Y UN "TARTA"



“ Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay Señor! yo no soy hombre de palabras.... 
porque soy tardo en el habla y torpe de lengua”    
Exodo 4 ,10

DEMÓSTENES (384 a.C. - 322 a.C.)

El tartamudo emblemático ha resultado ser siempre Demóstenes, a quien la historia lo recuerda como el máximo orador de la Grecia Clásica. Pasó años buscando corregir tal trance, gritando frente al mar y poniéndose guijarros debajo de la lengua, hasta que logró hablar estupendamente.
Esquines (orador ateniense y su enemigo acérrimo), burlándose, se refería a él con el apodo despectivo de “Bátalo”, mote que significaba “martillador”.

CLAUDIO I (10 a. C. - 54 d. C)

Emperador romano de la dinastía Julio-Claudia. En su juventud permaneció apartado del poder por sus deficiencias físicas, cojera y tartamudez. Debido a su trastorno, su familia lo alejó del ojo público, pero eso no impidió que se convirtiera en el cuarto emperador de Roma. Era sobrino de Tiberio, sobrino segundo de Augusto y tío de Calígula, a quien sucedió en el año 41.

MIGUEL DE CERVANTES (1547 - 1616)

Los historiadores afirman que el autor de El Quijote tuvo problemas de dicción desde su niñez, y que nunca logró superarlos. El propio Cervantes lo reconoció en el prólogo de las Novelas ejemplares, donde escribió: "... que será forzoso valerme por mi pico que, aunque tartamudo, no lo será para decir verdades". Y también en la Epístola a Mateo Vázquez, en la que escribe: "...mi lengua balbuciente y casi muda pienso mover en la real presencia".

CHARLES DARWIN (1809 -1882)

El célebre naturalista inglés, padre de la teoría de la evolución, también se vio afectado por el problema de la tartamudez. Personas cercanas a Darwin han dado testimonio de sus dificultades para pronunciar determinadas palabras, como así también de que era un conversador ameno que hablaba siempre con lentitud y en voz baja.

LEWIS CARROLL (Reino Unido, 1832 - 1898)

Al igual que sus hermanos, Carroll tartamudeaba, pero esto no fue un impedimento para su desarrollo en sociedad. Viviendo en una época en que las habilidades artísticas propias eran la única forma de diversión, Carroll sabía como arreglárselas porque cantaba muy bien y no tenía miedo escénico. Su entusiasmo lo llevó a escribir un clásico infantil: "Alicia en el País de las Maravillas".


WINSTON CHURCHILL (1874 - 1965)

"Sangre, sudor y lágrimas". cuesta creer que el hombre que pronunció esas legendarias palabras y que está considerado como uno de los mejores oradores de Inglaterra, tuviera problemas de dicción. La que fue su secretaria personal, Phillys Moir, cuenta que Churchill convirtió su defecto en virtud y que en casi todos sus discursos se permitía tartamudear en algún momento, para transmitir su sentido del humor y ganarse la complicidad del auditorio.

JORGE VI DE INGLATERRA (1895 -1952)

Fue un joven tímido y acomplejado, con una tartamudez provocada por varios traumas de infancia. No estaba previsto que se convirtiera en rey, ya que el trono estaba destinado a su hermano mayor, Eduardo. Pero este abdicó para casarse con una norteamericana plebeya, Wallis Simpson. Incapaz de pronunciar discursos en público (particularmente curioso resulta el hecho de que no podía pronunciar la letra K por lo que le resultaba imposible referirse a si mismo como the king, el rey), Jorge superó sus problemas de pronunciación gracias a la terapia de un logopeda australiano y aspirante a actor llamado Lionel Logue.

MARILYN MONROE (1926 -1962)

Durante una entrevista en 1960, Marilyn Monroe recordó la primera vez que tartamudeó de niña, cuando vivía en un orfanato. Después, alrededor de los 13 años, su tartamudez regresó, y desde entonces le causó problemas cuando estaba nerviosa o estresada. Una vez, mientras grababa una película, no pudo evitar tartamudear, y el asistente de director le gritó, casi indignado: «¡Tú no tartamudeas!», a lo que Marilyn respondió: «¡Eso es lo que tú crees!». Pero en general, la tartamudez de la actriz no fue nunca evidente en el escenario o en la pantalla.

ANTHONY HOPKINS (Gales, 1937)

 “Era muy solitario. No por decisión propia, simplemente no sabía qué decirle a la gente. Era tímido. Solía balbucear y babear”, expresó Hopkins. Un solitario que hablaba con pronunciación entrecortada, y que para superar tal problema y vencer su timidez decidió incursionar en el teatro.
Cuando tenía 15 años, fue alentado a convertirse en actor, y hoy es reconocido mundialmente por su legendario papel del “Doctor Hannibal Lecter”, que le dio un Oscar en 1992.

BRUCE WILLIS (Alemania Occidental, 1955)

Luego de la separación de sus padres, ingresó a la escuela secundaria donde sus problemas con respecto a la fluidez del habla fueron más notorios. Sus compañeros lo molestaban con apodos haciendo referencia a su tartamudez. Cuando Bruce Willis se dio cuenta de que estando sobre un escenario le era más fácil expresarse, comenzó la que después sería una exitosa carrera actoral. 



 "EL TARTA" - tango - Letra: Emilio Fresedo - Música: José María Rizzuti 
Orquesta de Juan D'Arienzo - Canta: Alberto Echague