jueves, 2 de abril de 2015

ACERCA DEL “PINOCHO” Y EL “SIN RUMBO”

En las primeras décadas del siglo pasado, la muchachada de Villa Urquiza solía agruparse en sociedades destinadas a la práctica de algún deporte y a la distracción de sus integrantes.
Muchos fueron los clubes que nacieron, ya no como formales instituciones, sino simplemente como grupo de amigos que formaron equipos de fútbol, fijando el domicilio de algunos de ellos como secretaría.
No son pocos los que aún persisten. Eran tiempos aquellos en que los clubes de barrio se daban como en racimo.
El 20 de julio de 1925, Félix Zugasti, entonces un muchacho de 16 años, convocó a un grupo de amigos, chicos entre diez y doce años, a quienes les manifestó que había leído en la revista Pinocho, que se editaba en España, una proclama a través de la cual se instaba a fundar en cada ciudad de habla española, un club con el nombre del popular muñeco.
Expresó, entonces, su deseo de fundar una institución que tuviese por nombre el de Pinocho Football Club.
Los integrantes del club no tenían que abonar absolutamente nada, y para ser admitidos como socios, sólo debían cumplir con una cláusula realmente pintoresca: “Saber contar un cuento de Pinocho”.
En cuanto al club Sin Rumbo, auténtico semillero de bailarines de tango, y, alguna vez, también de pugilistas, recordemos que, a poco de ser fundado, la comisión directiva, en pleno, concurrió al hipódromo de Palermo con una esperanza: la de poder hacerse de unos pesos y dotar al club de sede propia. 
          ¡Y se dio el batacazo! El caballo ganador se llamaba Sin Rumbo



"PINOCHO" - Orquesta de Enrique Rodríguez - Canta Armando Moreno