jueves, 21 de marzo de 2013

ACERCA DE LA VERGÜENZA


La vergüenza, llamada antiguamente vergüeña, y que proviene del latín verecundia, es esa turbación del ánimo que suele encendernos el color del rostro cuando giramos en descubierto al cometer una falta o alguna acción deshonrosa y humillante. Falta o acción deshonrosa y humillante que no necesariamente debe ser la nuestra. También puede ser la cometida por otro y, en este caso, proyección mediante, es cuando uno dice que siente vergüenza ajena.
La vergüenza, la nuestra, la que suele nacer del miedo a la deshonra y el ridículo, es ese pundonor, embarazo o cortedad; ese sentimiento penoso de la propia indignidad, que, frente a determinadas circunstancias, nos hace sonrojar, ruborizar o, lo que es lo mismo, nos hace poner colorados.
Y como, por lo general, el rubor también es causado por el calor, metafóricamente esta palabra, dicha al derecho o al revés, se lunfardizó y pasó a ser sinónimo de vergüenza. Y de calor, y de lorca, por asociación con la estación anual de los bochornos, es que uno puede llegar a pasar un verano bárbaro o sentirse abochornado, que es lo mismo.
           Y a propósito, ya que hablamos de calor y de bochornos, digamos que un error conceptual es llamar “tufaradas de calor” a los sofocos de la menopausia, dado que tufarada significa olor fuerte y repentino. Algo que, si bien no es para avergonzarse, es para corregirlo. 

"Venganza" - letra y música : Lupicinho Rodríguez
Versión castellana: Augusto Roa Bastos
Arreglo y canto:  Alberto Marino