jueves, 26 de enero de 2012

ACERCA DE ITALIANISMOS Y COMIDAS

     No son pocas las palabras de origen italiano que se han  incorporado a la parla nuestra de cada día, y que están relacionadas con la comida. Palabras que la cocina italiana ha exportado, no sólo a nuestro país sino a todo el mundo. Términos gastronómicos que terminaron imponiéndose, sin dar lugar a la creación de nuevos vocablos para reemplazarlos. Una excepción la encontramos en el pan dulce navideño, versión argentina del panettone. Pero lo común es lo contrario. La mayoría de estas palabras conservan sus significados sin dejar por eso de enriquecerse con nuevas acepciones. Tal los casos de los mentados "papelitos" o ravioles; el tirarse a muerto o a mortadela; el darle una paliza o el pesto a alguien; el quedarse callado o musarela; el tener los dedos o los grisines hinchados; el tener vigor, potencia o polenta; el ser un  empleado público que asiste al lugar de trabajo sólo en fecha de cobro, a quien llamamos ñoqui. Y por último, ser una persona torpe, boba, atontada, de pocas luces o, simplemente un salame.
        En este punto, creo oportuno traer a cuento que la palabra salame es una voz italiana con la que se designa al embutido hecho con carne vacuna y carne y grasa de cerdo, picadas y curadas, que se come crudo. 


Vittorio Gassman lee el menú

jueves, 19 de enero de 2012

ACERCA DE LA PALABRA ASESINO


Según el diccionario, la palabra asesino proviene del árabe, hassasin, adicto al hasís o hachich   (narcótico proveniente de la resina del cáñamo) e integrante de una antigua secta (fines del siglo XI) en la que se hacía voto, al ingresar, de matar a quien el jefe ordenase.
Hassan bin Sabbah (حسنى صباح)
             Otra versión, no menos coherente, es la que nos dice que dicho jefe se llamaba Hassan el Sabbah (Qom, Irán, 1034? - Alamut, 12 de junio de 1124), quien al frente de un grupo de facinerosos terminó adquiriendo una triste celebridad y pasó a ser conocido, en una extensa zona ubicada al sur del mar Caspio, como El Viejo de la Montaña.
            Tantos fueron los crímenes cometidos por sus seguidores, los hombres de Hassan, o sea los hassassines, que bien podría derivar de su nombre la palabra que nos ocupa.
            Digamos entonces, que la palabra asesino tanto puede provenir del nombre de los que mataban bajo los efectos del hachich, los hachichines, como del nombre de quien estaba al frente de la secta.
            Recordemos, de paso, la ironía de que este siniestro personaje, en su juventud, fuese íntimo amigo del poeta persa Omar Kheyyam, autor de la famosa Rubaiyat.  
            En estos días, en que los hachichines han regresado y a diario son noticia, no podemos menos que evocar la época en la que, en el barrio, sólo se hablaba de un "asesino". Un asesino con el que teníamos un trato asiduo, cordial y despreocupado. Y ese asesino no era otro que el peluquero*.
            Eran tiempos en que a los pibes se los pelaba en verano; a los jóvenes se los rapaba en la colimba y estaba de moda el corte de pelo a la media americana con “escalera” incluida.

* Los de ahora, muchos de ellos “seriales”, merecen un capítulo aparte.

                           “Assassin's Tango”, de John Powell          
"EL PELUQUERO" - Tango - Letra y música de Alberto Mastra   
Orquesta de José Basso - Canta Floreal Ruiz     

jueves, 12 de enero de 2012

ACERCA DE LOS ESCÉPTICOS


Pirrón de Elis (c. 360 - 270 a. C.)
El escepticismo es una tesis filosófica que lleva implícita una contradicción: la de afirmar la imposibilidad de conocer la verdad, pretendiendo ser ella misma una verdad. O sea que se autodefine refutándose a sí misma.
Los principios del escepticismo fueron formulados por primera vez en tiempos de Alejandro Magno, por los pirronistas, que eran los seguidores de Pirrón, fundador de una escuela filosófica que sostenía que los seres humanos no pueden conocer nada de la naturaleza real de las cosas y que, en consecuencia, lo mejor era no emitir opinión alguna.
Pirrón, según la historia, era tranquilino y de pocas palabras. Era un apático. Nada es verdadero ni falso, solía decir. Nada es realmente bueno o malo. No debemos creer que algo existe o no existe.
Pero su manera de “no pensar”, era distinta de la del tango Las cuarenta, de Gorrindo y Grela, que nos dice: no pensar, ni equivocado, ¿para qué?, si igual se vive, y además corrés el riesgo de que te bauticen gil.
Y eso, era algo que a Pirrón lo tenía sin cuidado.
Porque una cosa es el desinterés por la verdad y otra es la desconfianza de la verdad. Una cosa es no creer en nada, y otra muy distinta es descreer de todo: Hoy no creo ni en mí mismo. Todo es grupo, todo es falso...

"Las cuarenta" – Tango
Música de Roberto Grela - Letra de Francisco Gorrindo
Canta Edmundo Rivero


 LAS CUARENTA

          (1937)

Con el pucho de la vida, apretao entre los labios

La mirada turbia y fría, un poco lerdo el andar,

Dobló la esquina del barrio, y curda ya de recuerdos

Como volcando un veneno, esto se le oyó acusar:


“Vieja calle de mi barrio, donde he dao el primer paso

Vuelvo a vos gastado el mazo en inútil barajar,

Con una llaga en el pecho, con mi sueño hecho pedazos

Que se rompió en un abrazo que me diera la verdad.

 

Aprendí todo lo malo

Aprendí todo lo bueno,

Sé del beso que se compra

Sé del beso que se da.

Del amigo que es amigo

Siempre y cuando le convenga,

Y sé que con mucha plata

Uno vale mucho más.

Aprendí que en esta vida

Hay que llorar si otros lloran,

Y si la murga se ríe

Uno se debe reír,

No pensar ni equivocado

¡Para qué!, Si igual se vive,

Y además corrés el riesgo

De que te bauticen, gil.

 

La vez que quise ser bueno, en la cara se me rieron

Cuando grité una injusticia, la fuerza me hizo callar,

La experiencia fue mi amante, el desengaño mi amigo

Toda carta tiene contra y toda contra se da.

 

Hoy no creo ni en mi mismo, todo es grupo, todo es falso

Y aquel, el que está más alto, es igual a los demás,

Por eso no has de extrañarte, si alguna noche, borracho

Me vieras pasar del brazo, con quien no debo pasar”.


Letra: Francisco Gorrindo  (Froilán Francisco Gorrindo)

Música: Roberto Grela  (Roberto León Grela)